Nos han enseñado a mirar el mundo a través de un telescopio, a maravillarnos con lo grandioso, lo extraordinario, lo lejano.

Pero lo que realmente importa está aquí y ahora, en los pequeños detalles.

 

Por eso escribo sobre lo sutil, sobre sueños modestos, sobre la gente común que, día a día, hace de este mundo un lugar más llevadero.

Me gusta poner la mirada en el microscopio, porque la vida está hecha, de historias, recuerdos y murmullos.